A pesar de que las entidades financieras se está extendiendo rápidamente por todo México, sigue habiendo problemas para una buena parte de la población a la hora de adquirir productos financieros básicos que no sean una cuenta corriente. Sin embargo, otras entidades están dando soluciones a este sector, cuyas posibilidades son escasas o nulas, a la hora de conseguir créditos.
Uno de los primeros factores en los que se fijan los bancos a la hora de otorgar productos financieros relacionados con créditos es el historial. Las tarjetas de crédito están fuera del alcance de las personas cuyo historial no es el ideal para las instituciones bancarias, lo que a su vez, complica que puedan mejorarlo.
La ruptura del círculo vicioso
Todo esto es un ámbito que otras entidades financieras están empezando a romper, y gracias a ellas, ahora es posible adquirir tarjetas de crédito sin checar buró. Esto es perfecto para las personas que cumplen con todos los requisitos para acceder a una tarjeta de crédito, pero que los bancos tradicionales las rechazan, debido a su historial crediticio.
Se tratan de tarjetas para las que se analizan otras variables que tienen más impacto que el historial crediticio. Son buenas para las personas con buen buró y para los que todavía no tienen suficiente movimiento en sus cuentas bancarias como para que la entidad acepte darles una tarjeta de crédito.
La desventaja de estas tarjetas es que son más caras de mantener que las tradicionales, que al igual que los créditos, los intereses son algo más elevados. Aún así, muchas veces son la única alternativa para las personas a las que los bancos, constantemente, les niegan la posibilidad de acceder a este tipo de producto financiero.
Por otro lado están las tarjetas destinadas a las personas con buró. Son las llamadas tarjetas garantizadas, que funcionan como una tarjeta prepago, es decir, hay que enviarle fondos primero. Por lo demás, funciona como una tarjeta de crédito corriente, y no tienen ningún coste en cuanto a comisiones anuales ni de mantenimiento.
Casi todas se tramitan desde una aplicación para móviles porque las ofrecen bancos virtuales. Los requisitos son bastante bajos, apenas comprobar la identidad del solicitante con su documento de identidad nacional. Son completamente legales y seguras porque las instituciones que las reparten están ligadas al Banco Central de México.
¿Por qué las tarjetas de crédito son necesarias?
Comprar a meses es una posibilidad a la que todos los ciudadanos con cuentas bancarias deberían poder acceder. Es un recurso completamente necesario para adquirir productos y servicios demasiado costosos -generalmente duraderos- para pagar de una sola vez, pero que es viable hacerlo en plazos cómodos, durante meses e incluso años.
Esta modalidad de compraventa beneficia en gran medida a todas las partes involucradas. Primero, gracias a esto, los clientes pueden tener acceso a productos que no podrían tener de otra manera. Luego, están las empresas que aceptan cobrar el precio dividido en cuotas, lo que le facilita en gran medida la venta de lo que se ofrece.
Finalmente, también están las empresas que ofrecen los créditos. En ocasiones, comprar a plazos implica que haya un intermediario -la empresa prestamista-, a la cual le corresponde recibir un porcentaje adicional del producto comprado. En este caso, el precio aumenta ligeramente porque esta empresa es la que se encarga de hacer el pago.
Por lo tanto, el vendedor recibe la totalidad del importe de forma inmediata, mientras que el comprador lo va pagando a plazos para la empresa prestamista. A cambio, estos plazos suelen acabar en una mayor cantidad, pero son muy cómodos para poder cumplir con el pago del crédito otorgado, más una comisión.
La responsabilidad que conlleva el crédito
Si bien es un método que permite el flujo de diferentes productos, el cliente debe tener cuidado al utilizarlos. En general, es una gran ventaja para las personas organizadas y con una buena gestión del dinero, incluso si su capital no es elevado. Sin embargo, el incumplimiento de los pagos puede acarrear consecuencias negativas.
En algunas ocasiones, el vendedor o la empresa prestamista pueden ser flexibles con los plazos, mientras no sea algo grave. Aunque también se puede presentar una situación en la que la deuda sea demasiado elevada para pasarla por alto. Aquí es cuando entra en juego la garantía del pago del precio total, que suele ser el mismo bien que se adquiere por este medio y otros que posea el deudor.
Añadir comentario