Una de las peores situaciones que se pueden dar en la vida en pareja es que nos veamos obligados a disolver este lazo que con tanta ilusión se había creado tiempo atrás. Si hemos llegado a firmar el matrimonio, el divorcio es el trámite legal por el que se disuelve dicha relación. Sea por las circunstancias que sean, no suele ser un proceso agradable para ninguna de las dos partes, y por ello la mejor opción es elegir la manera por la que sea más sencillo. Aunque existen dos tipos de divorcio actualmente en España, según el acuerdo o desacuerdo de los cónyuges, siempre es recomendable llegar a un acuerdo y no tener que escalar el proceso a los tribunales.
Veamos a continuación en qué se diferencian estos tipos de divorcio y por qué deberías intentar que en tu caso se llegue a un acuerdo.
Diferencias entre un divorcio de mutuo acuerdo y un divorcio contencioso
El divorcio de mutuo acuerdo es aquel en el que ambos cónyuges han decidido resolver el conflicto sin la necesidad de la intervención de un organismo mediador que actúe como herramienta para ajustar los intereses de uno u otro cónyuge frente al otro. Se trata de la mejor opción, pues como veremos a continuación es más rápida y económica para ambos.
El divorcio contencioso es la otra posibilidad. Un divorcio contencioso es la modalidad de divorcio en la que uno de los cónyuges o ambos no están de acuerdo con las condiciones ordinarias de un divorcio y precisan una serie de compensaciones frente a la otra parte. En la mayoría de los casos, estas compensaciones son derivadas de desigualdades económicas o por la petición de una pensión por maltrato u otras condiciones desfavorables.
En muchos casos, la pareja cuenta con una hipoteca o alquiler compartido del cual solo uno de ellos hará uso y disfrute, por lo que la parte afectada se plantea como duda qué pasará si me separo no tengo donde ir. En estos casos, entran en juego muchos factores, como la vulnerabilidad económica o si la persona tiene menores a su cargo.
En caso de que no se haya producido un conflicto con agravantes entre los cónyuges, se recomienda llegar a un acuerdo entre ellos, mismos para no tener que someter este proceso a un juicio y que este se dilate en el tiempo y aumente en gastos.
Ventajas de los divorcios de mutuo acuerdo
Como ya se ha adelantado, los divorcios de mutuo acuerdo son la opción más económica y rápida para tramitar una separación. Tal y como señala Divorcieitor, en el caso de que ambos cónyuges estén de acuerdo y opten por esta modalidad, tan solo tendrán que pagar los gastos de un abogado en común que se encargue de poner en regla la documentación y tramitar dicha operación para que la separación quede registrada y vigente para todos los organismos que contemplaban la unión entre ambas personas. Frente a los divorcios contenciosos, ambos cónyuges recurren al mismo abogado, por lo que no tendrán que afrontar el coste total de un abogado cada uno, así como tampoco hacerse cargo de los costes de un juicio la parte que pierde el pleito si se llega a tal punto.
En cuanto al tiempo, dependerá de la agilidad a la hora de presentar la documentación por parte de los cónyuges al abogado, ya que no es solo necesaria la firma del documento de divorcio, sino que ambos tendrán que presentar documentos acreditativos de su situación. El proceso es bastante rápido si se llega a un acuerdo, frente al divorcio contenciosos que se puede dilatar durante largos meses debido a la espera hasta la celebración del juicio o de los juicios y su resolución.
Por lo tanto, siempre se recomienda llegar a un acuerdo y no acudir a los tribunales si la situación no ha alcanzado un nivel de gravedad en el que tengan que intervenir organismos de seguridad, legales y penales.




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